sábado, 3 de febrero de 2018

Capitanes intrépidos.


El pasado año tuvimos ocasión de ver un remake de una de las obras más ínter generacionales de Rudyard Kipling, El libro de la selva. Sin embargo, y a falta de que alguien se decida a volver a llevarla a la gran pantalla, hoy os proponemos una joya más olvidada que está a punto de cumplir los 80 años.

Capitanes intrépidos (Captains corageous) vio la luz sobre el papel en 1897, año en el que “ el poeta del imperio británico” ya gozaba de una merecida fama. En esa época vivía con su familia en Vermont, y el año resultó prolijo para su producción literaria tal vez por el bucólico aislamiento de los infinitos bosques que habían sido hogar de iroqueses y mohicanos, casi desaparecidos a día de hoy. Como gran parte de la narrativa de Kipling, Capitanes Intrépidos tuvo una gran acogida y cuarenta años más tarde fue llevada al cine por el genial Victor Flemming, el mismo que dos años después dirigiría Lo que el viento se llevó.

La película cuenta, alejándose en parte del original, la historia de un niño malcriado de Nueva York que en un viaje a Londres salva el franco bordo del buque que le lleva y cae al mar, de donde es rescatado por la tripulación de una goleta que faena en el Atlántico en plena campaña del bacalao. El contraste entre su vida regalada y superficial y la vida ruda de los marineros le enseña a apreciar la honradez, la sinceridad, el valor y el sacrificio, gracias al ejemplo de Manuel: un marinero portugués que destila hombría de bien por los cuatro costados y que le enseña el valor de la vida, la amistad y la decencia y, de paso, a ganarse la vida pescando bacalao.

La lucha de los marineros contra la mar se refleja en estupendas secuencias de las goletas navegando muy ceñidas, los hombres atendiendo el aparejo empapados y cansados, disfrutando de un rancho austero, o sacándose anzuelos de sus brazos sarmentosos. Está protagonizada por un colosal Spencer Tracy que ganó el Óscar al mejor actor principal, y estuvo propuesta para otros premios como el de mejor película,  guión y montaje.

Es una canción a la amistad y la vida, enmarcada en el viaje vital de su protagonista, en la que la figura paterna (encarnada en el propio padre del protagonista y en Manuel, su inesperado tutor) se trata con un cariño y respeto no muy frecuentes en el cine de hoy. Una película de visión casi obligada para reír, llorar, y abrazar a nuestros hijos sentados a nuestro lado en el sofá mientras Manuel toca “Mi pescadito” con su zanfoña.

Para saber más...
Rudyard Kipling destacó, además de cómo autor de narrativa, como poeta. Su poema If es un imprescindible de la literatura contemporánea.
Tal vez la más famosa de las goletas bacaladeras de los años veinte fue la Blue nose, una goleta canadiense cuya foto os dejamos aquí, por cortesía de oncubamagazine.com



Las hazañas de los pescadores en Terranova siguen produciéndose hoy en día: las flotas pesqueras de altura son diariamente protegidas por los Buques de Acción Marítima y Patrulleros de Altura de nuestra Escuadra, donde los rescates no resultan infrecuentes. El CSIC tiene un interesante estudio sobre las campañas españolas del bacalao en Terranova y el Atlántico nororiental.
Spencer Tracy ganó oro Óscar el año siguiente por Forja de hombres y fue candidato en siete ocasiones más. Es, por derecho propio, uno de los grandes de la historia del cine.

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